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Eugenia Trigo; Sérgio Oliveira dos Santos; José María Pazos-Couto
Motricidades: Rev. SPQMH, v. 7, n. 3, p. 224-237, set.-dez. 2023 | ISSN 2594-6463 |
DOI: http://dx.doi.org/10.29181/2594-6463-2023-v7-n3-p224-237
4- Vulnerabilidad semántica (SANTOS, 2022). Entendida como un conjunto de
déficits en la formación de los significados de la acción-en-el-mundo humano que se está
instalando. Las experiencias se vuelven superficiales, reducidas al tacto de la pantalla, las
narrativas que guían la vida son reemplazadas por información y datos (HAN, 2023) y las
diversas posibilidades interpretativas y expresivas se ven comprometidas por la
decodificación de las máquinas, reduciendo la sensibilidad.
5- ¿Sabían que se ha descubierto una relación entre el índice de suicidios y el
desarrollo-uso de las pantallas en países de alta tecnología? Dice Bifo-Berardi (2017) que
“Corea del Sur tiene el índice más alto de conectividad y uno de los índices más altos de
suicidio en el mundo. Entre los países de la OCD, Corea se halla a la cabeza del triste conteo
con 28,4 suicidios cada cien mil personas. En segundo lugar, viene Hungría, con 17, luego
Finlandia y Japón” (p. 123). ¿Suficiente ilustración para, al menos, hacernos pensar y
modificar algunos de nuestros hábitos? ¿Mejorar las condiciones de vida, como ha hecho
Corea del Sur, a base de alta tecnología, es el único camino?, ¿en qué estamos fallando como
sociedad?
6- “La colonización de la mente y de la percepción está basada en una aceleración
interna del modo de percibir el tiempo”, nos dice Bifo Berardi (2017, p. 186). Aumento del
nivel de estrés, angustia, consumo exacerbado de antidepresivos, mal humor, sentir que el
tiempo se nos escapa y no llegamos a dar respuesta a nuestras necesidades de trabajo, ni de
atención a nosotros mismos y a los nuestros. Siempre hay que estar “haciendo algo” porque el
detenerse es signo de vagancia y no estar a la altura. ¿Qué nos sucedió?, ¿por qué nos
dejamos imponer el multitareísmo cuando nuestro cerebro precisa de tiempo para
comprender, elaborar y crear? Tenemos el conocimiento, sabemos lo que sucede cuando
vivimos en aceleración. Investigaciones y llamadas de atención desde todo espacio y lugar
(HAN, 2015; 2021; 2022; FLASSPÖHLER, 2023; ROSA, 2019; ALVÍDREZ, 2023) ¿por qué
no nos detenemos y disfrutamos con lo que somos y hacemos?
7- El hedonismo, eje del trabajo y no solamente del tiempo de ocio. Mejor, hemos
llevado el eros al centro de la vida y colocamos el trabajo en ese justo centro. El hedonismo
está tomando el lugar inclusive de la sobrevivencia, nos dice Nicolelis (2023b) y pone como
ejemplo lo que sucede con algunas personas, sobre todo jóvenes, que dejan de comer por
asistir a un vídeo o estar “jugando” o apostando a través de las pantallas y sus adicciones. Es
la necesidad inmediata de la obtención de placer, de vivir en la inmediatez sin importar ni las
consecuencias, ni los otros. El mismo autor se pregunta “¿qué queremos preservar como
condición humana?”, siendo éste, junto a la crisis climática, el gran desafío que tenemos por
delante.
8- Los estándares de calidad medidos algorítmica y matemáticamente para evaluar el
buen hacer de la educación e investigación en el seno académico. ¿Éramos anteriormente
peores profesores/investigadores?, ¿qué hubiera sucedido con Einstein, por ejemplo, que no
publicó “paper” en su vida?, ¿lo descartaríamos como creador e investigador? ¡Cuidado
profesores con entrar en el juego de las métricas! ¿Es todo medible y comparable?
En síntesis. Los avances en el conocimiento, la ciencia y la tecnología son inherentes a
la evolución humana, por tanto, no se pueden detener (como algunos proclaman). Pero lo que
sí es necesario, por un lado, comprender lo que es y no es la IA para saber cómo
comportarnos con ello y educar a la ciudadanía sobre su uso, ventajas e inconvenientes y, por
otro, desarrollar legislaciones que nos aseguren a las personas que no somos manipulados por
los creadores de la IA con fines malévolos. Esto es en lo que está trabajando una comisión
europea de 52 expertos interdisciplinares que pretende regular la IA fundamentándose en:
cuatro principios éticos (respeto a la autonomía humana, prevención del daño, equidad y
explicabilidad) y siete requisitos clave (acción y supervisión humana; solidez y técnica de
seguridad; gestión de la privacidad y de los datos; transparencia; diversidad, no